La editorial De Conatus tenía preparada, para la campaña navideña, una edición de las obras de Jon Fosse en cuya cubierta se leía: “El eterno candidato al Nobel”. Pero el 5 de octubre, pasado el mediodía, el portavoz de la Academia Sueca, como cada otoño estocolmés, salió por la puerta blanca, abrió su carpeta de notas y pronunció un nombre: Jon Fosse.
“Tuvimos que llamar rápidamente a la imprenta para hacer el cambio, pero llegamos a tiempo”, cuenta divertida Silvia Bardelás, directora de publicaciones de la editorial que dirige Beatriz González, ambas amigas desde la infancia. En 2017 fundaron este pequeño sello dedicado a autores y lectores “únicos”, según reza su lema. Fosse, su autor fetiche, había pasado aquella mañana en un plis de “eterno candidato” a premiado efectivo y eso cambiaba la vida del escritor noruego, pero también la de esta pequeña editorial independiente que, de pronto, albergaba al escritor más importante del mundo, al menos durante un rato.
En lo sucesivo, la actividad de la editorial experimentaría diferentes peripecias: mayor atención, un aumento en la demanda y diferentes relaciones con los dos grandes grupos editoriales españoles. A las pocas horas del fallo, Penguin Random House anunció que había comprado los derechos de las otras obras de Fosse, que llevaba negociando una temporada. Y esta misma semana, De Conatus ha anunciado una alianza con Seix Barral, del Grupo Planeta (casualmente, la competencia de Penguin) para llevar al autor noruego al continente americano.
El Nobel no era una sorpresa: Fosse llevaba en las listas de posibles premiados varios años y este ocupaba el segundo puesto en las encuestas, detrás de la china Can Xue. “Siempre hemos estado atentas, aunque sabíamos que hasta que Fosse no acabara de publicar su obra Septalogía no se lo iban a dar”, dice Bardelás. Este año ya se había cumplido esa condición; de todas formas, la editora no estaba demasiado atenta. “Estaba en el coche y vi que me llamaba Emma Rodríguez, que lleva la prensa: entonces supe que Fosse había ganado”.
Los primeros cambios son obvios: ese día el teléfono no para de sonar, copado por periodistas y simpatizantes. Pero hay otros más duraderos. Por ejemplo, tener que producir muchos más libros para suplir a las librerías. Un premio, sobre todo el premio Nobel, da una alta probabilidad de aumento de ventas. Hasta entonces Fosse, autor de gran prestigio en su país, junto con otros muy vendidos como Jo Nesbø o Karl Ove Knausgård, no había vendido en España ni quinientos ejemplares. Como se trata de un autor muy literario, que ha hecho innovaciones en el arte de la escritura, tal vez esta muestra de alta cultura no fuese apta para todos los paladares. Menos accesible, por ejemplo, que Annie Ernaux, la anterior ganadora. Por eso hubo quien pensó que, ni con el Nobel mediante, el noruego iba a conseguir vender. “Pero no es así”, asegura Bardelás, “ha quedado claro que se estaba subestimando a los lectores”.
Las cosas no habían sido fáciles. “Sacar a Fosse fue muy difícil, era muy literario, no tuvo gran apoyo”, recuerda la editora. Tuvieron que ir con el libro bajo el brazo a todas partes y recibir mucho rechazo, pocas ventas, la negativa de los críticos influyentes. “Era como predicar en el desierto”, dice la editora. Hasta el Nobel. Dicen que a España hay que venir triunfado de fuera: a Fosse también tenían que triunfarle desde Suecia. “Yo creo que el Nobel debe premiar el talento, sea de un autor consagrado o no. A través de este premio, además, nos damos cuenta de que muchas veces el talento no llega a consagrarse”, explica Bardelás en cuanto a la polémica sobre el fin último de los premios de la Academia Sueca: ¿descubrir nuevas voces o consagrar las carreras exitosas?
Una sorpresa fue el anuncio del grupo Penguin Random House: llevaba algún tiempo negociando por los derechos de las obras de Fosse que no estaban en el catálogo de De Conatus. En un comunicado, el día 9 de octubre, el gran grupo multinacional anunciaba la incorporación a su catálogo de cinco títulos, cuatro de ellos inéditos en castellano: Melancolía I y II (que ya había sido traducido por Emecé, en 2016), Blancura (la novedad de Fosse en 2023), Det er Ales y Scenes from a childhood (Prosa frå ein oppvekst). “Desde que iniciamos la contratación, nuestra intención ha sido publicar el conjunto de su obra en lengua española hasta la fecha, mucha de ella todavía inédita, en todo el mercado de habla hispana”, comunicaba entonces el editor Albert Puigdeta.
Este tipo de operaciones, en las que un gran grupo pugna por los derechos de un autor que descubre un sello pequeño, suelen ser controvertidas. Hay quien lo ve como un abuso del más poderoso. En este caso, en De Conatus aseguran que todavía tienen, por algunos años, los derechos de las obras que consideran más significativas de Fosse: Trilogía, Septalogía y Mañana y tarde (esta última publicada en colaboración con Nórdica, que, curiosamente, llegó a las librerías el mismo día del fallo del Nobel). “Entre dos editoriales independientes no nos solemos pisar los autores”, dice la editora.
Su otra interacción con los grandes grupos se ha anunciado esta semana: De Conatus y Seix Barral, del Grupo Planeta, colaborarán para llevar a Fosse en español a Latinoamérica y Estados Unidos. En las portadas se aprecia la buena simbiosis, porque aúnan en igualdad de condiciones elementos del diseño de ambas (por ejemplo, la tipografía para el título de Seix Barral y el diseño de la botella que utilizó De Conatus en Septalogía), con la suerte de que las dos usan como fondo de sus portadas el color blanco.
“La distribución en América tiene su complejidad y nos surgió la posibilidad de aliarnos con Seix Barral, una editorial de la que apreciamos el compromiso con la calidad literaria”, dice la editora, “así que coeditamos con ellos sin tener que vender los derechos. Se trata de aprovechar el músculo comercial y financiero de un gran grupo para llegar al máximo número de lectores con obras literarias”. Esta unión muscular durará al menos cinco años, y se espera que incluya a otros autores del catálogo de De Conatus, donde se encuentran otros nombres como Joshua Cohen, Percival Everett, Jean Luc Nancy o Kim de L’Horizon.
La gestión del Nobel, por último, ofrece enseñanzas. “Hemos entendido lo que significa la edición independiente”, dice Bardelás: “Nuestro trabajo es centrarnos en la calidad de la literatura, más allá de la rentabilidad comercial. Tratar de hacer descubrimientos, aunque esos descubrimientos nunca lleguen a nada”.
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