Desde que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla encargó al pintor Salustiano García el cartel de la Semana Santa de 2024 había gran expectación en la ciudad por conocer cómo iba a ser su propuesta. La imagen de un cristo resucitado y, en palabras del propio artista, “joven y bello” —”joven, como metáfora de la pureza, y bello, porque belleza y bondad son la misma cosa”― presentada el pasado sábado no dejó a nadie indiferente. Menos en una ciudad traspasada por un profundo sentimiento cofrade y en la que los pasos y las hermandades ocupan más tiempo de conversación que el fútbol o la política. Del “ozú”, para expresar onomatopéyicamente el impacto que provoca la obra, se pasó enseguida a las opiniones a favor y en contra que, en época de redes sociales y de memes, pronto hicieron viral el cartel y la polémica en que se ha visto envuelto.
𝐂𝐚𝐫𝐭𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐒𝐞𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚 𝟐𝟎𝟐𝟒
🖌️ Obra de Salustiano. La Resurrección de Cristo, en el que aparecen elementos como el sudario del Cristo de la @HdadCachorro y las potencias del Cristo de la @Hdad_Amor.#SSantaSevilla2024 pic.twitter.com/X6fO2yG60H
— Consejo HH y CC Sevilla (@ElConsejoSev) January 27, 2024
Muchos de los primeros comentarios en redes cuestionaban la impronta sexual que consideraban que se desprendía de la imagen, ante esto hubo una reacción del colectivo LGTBIQ+ reivindicando la obra. Después, los detractores del cartel argumentaron que la imagen del resucitado no se correspondía con ninguna de las figuras de la Semana Santa sevillana y que, por tanto, no era representativo de lo que se quería anunciar. Esta crítica obviaba que la imagen de Salustiano García está enmarcada entre las letras “Semana Santa” y “Sevilla 2024″, que las potencias que emanan de la cabeza son las que porta el titular de la Hermandad del Amor y que el paño de pureza es el que cubre al Cristo del Cachorro. Pero esta postura contraria y el rechazo al cartel subyacen en la petición que se ha lanzado a través de change.org para pedir la retirada del cartel porque “no representa en absoluto la fe, los valores cristianos la tradición, y el fervor religioso de esta ciudad”, según la campaña.
“Lo más interesante no es lo que se opine del cartel, sino lo que se ha activado en relación con el mismo”, explica Isidoro Moreno, antropólogo de la Universidad de Sevilla y un gran erudito de la Semana Santa. “En Sevilla, dentro del mundo cofrade, hay un sector muy integrista que no entiende otra cosa que la repetición permanente de determinados modelos y que, en general, siempre que hay algo que se sale de ese patrón, salta a la palestra porque se consideran defensores de las esencias. El cartel no es irrespetuoso, pero ese sector no tolera que lo que se expone se aparte del modelo tradicional repetido ad nauseam y por eso no le gusta”, sostiene.
Esas dos almas del mundo cofrade sevillano se han cruzado en las redes sociales a lo largo del fin de semana, evidenciando en el ciberespacio el pulso latente de los últimos años: una pugna entre una visión moderna de la Semana Santa —que defiende que tengan cabida nuevas formas de entenderla y que reivindica incluir cierta heterodoxia y vanguardia y reconocer su pluralidad en una fiesta con un acervo cultural que ha sobrepasado lo estrictamente religioso― y la postura más tradicional e inmovilista.
“Esa pluralidad de miradas y esa tensión entre la oficial e integrista de la Semana Santa y esa más abierta, parte del XIX, donde las cofradías servían de refugio para los homosexuales que sí tenían un papel en las hermandades que se le negaba en la sociedad. Ahora esto se está acentuando, de ahí el sesgo homófobo de muchos comentarios”, señala Moreno. El periodista de Canal Sur Radio Fran López de Paz, que dirige el programa dedicado a la Semana Santa El Llamador, también comparte esa reflexión: “Cada vez que hay algo más innovador y rompedor, suelen saltar los resortes del ala más conservadora”.
Sobre los comentarios que cuestionan —o se obcecan en resaltar únicamente― el carácter sexual y juvenil de la pintura de Salustiano García, tanto Moreno como López de Paz recuerdan cómo en general la representación de los Resucitados tiene ese matiz aniñado, y es muy común representarlos incluso desnudos. “En la Hermandad de la Quinta Angustia, una de las más conservadoras, se le da culto a un resucitado de Jerónimo Hernández que está desnudo y nadie se ha dedicado a hablar de su desnudez”, sostiene el periodista. La propia Sevilla se refiere de forma cariñosa al único resucitado que procesiona por sus calles el Domingo de Resurrección como “Antonio, el bailarín”.
El odio por encima del arte en las redes
El cartel no puede ser más claro. No hay el más mínimo problema para su comprensión: un tío con barba, pelo largo, llagas en las manos y el costado, encima con potencias y paño de pureza, cualquier persona criada en un país occidental te va a decir: Cristo resucitado.
— Pepe (@Lobo41015) January 28, 2024
Este cartel, recuerda López de Paz, no es el único que ha generado polémica en Sevilla, lo que ocurre es que las redes sociales se han infiltrado en el debate amplificando y, en muchos casos, desdibujando la diana de las críticas. Los memes que sustituyen la cara del cristo por políticos, lo visten con otra ropa, o lo colocan en otros escenarios han contribuido a expandir el efecto, apartando el debate de la esencia artística de la obra. “El fenómeno en redes sociales habla de una intolerancia a lo diferente. Independientemente del fondo de la obra, de su espiritualidad y hermosura, en las redes solo se ha fomentado el odio, todo lo que se ha vertido es opinión, sin ningún apoyo en razonamientos. Da igual que se enumeren todos los Resucitados con marcada sexualidad que se han tallado a lo largo de la historia, el pretexto es lanzar odio”, explica Rosalba Mancinas-Chavez, vicedecana de Comunicación de la facultad de Periodismo de la Universidad de Sevilla.
Ella alude a la carta en la que Salustiano García expone en qué se sustenta su Resucitado y por qué escogió esa imagen, por encima de las de un Jesús martirizado. “Mi cuadro debía celebrar la parte luminosa de la Semana Santa”, señala. Su cartel es también una alegoría del amor del padre al hijo, porque es su propio hijo quien le ha servido de modelo. Salustiano García (Villaverde del Río, Sevilla, 59 años) como se ha referido a él el alcalde hispalense, es “uno de los mejores embajadores de Sevilla en el mundo”, en referencia a su prestigio y reconocimiento internacional. Sus retratos de clara impronta neorrealista envueltos en un negro tornasolado o en su contundente rojo -bautizado como rojo Salustiano– han sido expuestos en museos, galerías de arte y ferias de arte de todo el mundo, como el Frost Museum de Miami, el Luma Museum de Chicago o la Art Cologne, la Volta en Basilea, Nueva York y Miami, ARCO en Madrid o Art Central, en Hong Kong. En medio del ruido en redes sí existe una opinión unánime imposible de cuestionar: la calidad artística de la pintura de Salustiano García, que ha sido fiel a sí mismo, enmarcando en su rojo característico una imagen llena de belleza, dulzura y espiritualidad.
Una espiritualidad que, frente a los que impulsan la campaña de la retirada del cartel, ni siquiera cuestiona el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz, que en su homilía de este domingo hizo una alusión muy velada a la obra y a la polémica, según han remarcado fuentes cercanas al Arzobispado: “Fijemos hoy la mirada, con intensidad especial, en el Santísimo Cristo de Burgos. Le pedimos que nos cambie el corazón, que nos ayude a madurar, a centrarnos en lo esencial”, dijo Saiz.
450 años de la Hechura de la imagen del Santísimo Cristo de Burgos.
Fijemos hoy la mirada, con intensidad especial, en el Santísimo Cristo de Burgos. Le pedimos que nos cambie el corazón, que nos ayude a madurar, a centrarnos en lo esencial, en seguir sus pasos, en dejarnos… pic.twitter.com/c1ljC5Hjzg— José Ángel Saiz Meneses (@ArzobispoSaiz) January 28, 2024
Otros carteles “irreverentes”
El Consejo de Cofradías y Hermandades, que es quien encargó el cartel a Salustiano García, ha declinado hacer declaraciones sobre la controversia generada por la obra a este diario. “Se da la paradoja de que quien ha realizado la petición es una institución muy conservadora”, apunta Moreno sobre la entidad que se encarga de organizar, entre otras cosas, los trayectos de cada hermandad en Semana Santa. Pero el hecho es que desde los últimos años, y gracias al impulso de José Roda, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y miembro del Consejo, los carteles anunciadores de la Semana Santa han sido realizados por exponentes del mundo de la pintura como Manolo Cuervo o Daniel Franca. “La clave es el conocimiento del mundo del arte que tiene Roda”, señala López de Paz.
El director del Llamador recuerda que en 1978 la polémica por el cartel de la Semana Santa que entonces editaba el Ayuntamiento de Sevilla provocó que fuera el Consejo quien asumiera esa competencia. “Era de tinte cubista y se consideró que era irreverente”, explica López de Paz. En 1984, como ahora ocurre con la campaña impulsada por change.org, fue el grupo municipal de Alianza Popular quien pidió que se retirara el cartel que presentaba “un Cachorro muy humanizado”, indica el periodista.
No es solo la Semana Santa la que se está sirviendo de pintores reconocidos y en primera línea de la vanguardia para promocionarse. Otra entidad de corte conservador de la capital hispalense, la Real Maestranza de Caballería, lleva varios años apostando por creadores internacionales, como el vietnamita Dan Voh, en 2022 —que también generó multitud de comentarios― o el arquitecto Frank Ghery, el año pasado, para diseñar el cartel de la Feria Taurina. “También otras hermandades como La Macarena o La Estrella, han apostado por artistas rompedores”, remarca López de Paz.
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