Hace tiempo que ninguna manifestación multitudinaria se atreve a elegir como escenario de su acto final la Praza do Obradoiro. Normalmente, las marchas en Compostela acaban en A Quintana, con un aforo que no llega a la mitad del de la principal plaza de la capital gallega, donde apretadas caben más de 20.000 personas (y cerca de 17.000 si llueve y hay que abrir los paraguas). La marcha “en defensa del futuro del mar”, respaldada por casi 150 colectivos del sector, grupos ambientalistas, sindicatos y todos los partidos de la oposición al PP gallego, se atrevió a desembocar en O Obradoiro —como en los tiempos de clamor e indignación de Nunca Máis— y lo llenó (sin paraguas hasta casi el último momento, porque solo lloviznaba). Tanto, que desde el escenario se aguardó más de una hora para leer el manifiesto porque la marea humana seguía entrando en la plaza. Y cuando al final se decidió que había que leerlo ya, que el grupo de gaitas y tambores no podía seguir amenizando la espera por más tiempo, la gente siguió llegando y muchos se perdieron el discurso.
Por el tamaño de la más representativa explanada monumental de Galicia, 7.700 metros cuadrados, los organizadores calculan que varias decenas de miles de personas desafiaron el frío y las húmedas predicciones meteorológicas para confirmar que el espíritu de Nunca Máis sigue vivo 21 años después de nacer con la catástrofe del Prestige. Y para clamar contra “los políticos que vuelven a cometer los mismos errores”: “ocultar, mentir, negar” y “poner en riesgo la salud” de las personas y “del medio ambiente”. La Policía Local reduce la participación en esta marcha —que antes del último vertido de pellets en el Atlántico ya se estaba gestando por parte de organizaciones en defensa de los sectores del mar— a “unas 15.000″ almas.
Peces de colores tragando bolitas blancas; caballitos de mar; esqueletos; redes; los coladores, rastrillos, escobas y cedazos con los que los voluntarios llevan dos semanas largas cosechando las mareas diarias de pellets; o una sirena vomitando el mismo granulado plástico (dibujada por el artista Leandro Lamas) fueron algunas de las imágenes que recorrieron las calles de Santiago desde el punto de convocatoria, este domingo al mediodía en la Alameda de la capital gallega. Al acto se sumaron los líderes de los principales partidos (salvo el PP), candidatos a las próximas Elecciones gallegas, desde Ana Pontón, portavoz de la primera fuerza de la oposición, el BNG; hasta Marta Lois (Sumar), acompañada de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; Irene Montero, secretaria política de Podemos; y el también candidato José Ramón Gómez Besteiro (PSdeG) después de participar con Pedro Sánchez en la clausura de la Convención Nacional del PSOE.
En este último acto, celebrado en la ciudad de A Coruña, se conectó en directo para mostrar a los participantes imágenes de la manifestación. Y Sánchez aprovechó para cargar contra la Xunta, “un gobierno instalado en la desidia, en la mentira y la mala gestión”, criticó el presidente del Gobierno. “Cuando hay una crisis, los gobernantes lo que tenemos que hacer es ponernos al frente de esas crisis, ejercer el liderazgo y lo que hemos escuchado la Xunta es decir que las playas son competencia de los Ayuntamientos y el mar, del Gobierno de España”, reprochó. “Una mala situación es susceptible de ser agravada y es lo que ha pasado con la crisis de los pellets”, defendió: “La Xunta respondió con soberbia a la mano tendida del Gobierno de España para hacer una cooperación leal”.
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“Bienvenidas, gentes del mar, bienvenidas compañeras y compañeros que sentís que la tierra y el mar son nuestra responsabilidad. Son nuestro medio de vida. El patrimonio que recibimos, que nos sostiene y que tenemos que cuidar para las generaciones venideras”, pronunciaba desde el palco una de las lectoras del manifiesto secundado por casi 150 colectivos, entre ellos muchos marineros, mariscadoras, grupos ecologistas o de afectados por vertidos mineros. En ese momento, todavía trataba de abrirse paso para entrar en la plaza una nube de banderas del partido socialista, de militantes que venían rezagados porque sus líderes habían tenido que viajar desde el acto en A Coruña.
“Nuestros gobernantes se están confundiendo. Piensan que el mar puede con todo. Antes que tomar medidas prefieren ocultar, mentir, negar. Como si fuésemos tan ignorantes como ellos”, siguió clamando una representante del sector del mar. “Nos infravaloran, ponen en riesgo nuestra salud y la del medio ambiente. Vuelven a cometer los errores de hace 20 años con el Prestige. Y una vez más es la ciudadanía quien tiene que resolver los problemas. Una vez más fuimos nosotros que acudimos a las playas a retirar los pellets, sin medios de protección y sin contenedores”.
“Desde O Obradoiro, espacio que nos representa a todas las gallegas y gallegos, hoy denunciamos la indefensión de nuestro litoral, de nuestro mar”, añadió. “En estas semanas, una marea de granulados tóxicos inundó la costa. La llegada masiva de pellets demostró una vez más cómo la Xunta de Galicia minimiza los problemas, ignora los datos científicos y no resuelve más que con mentiras e incompetencia”.
Al tiempo que tenía lugar la gran manifestación en Santiago, en Ourense, el PP celebraba la Interparlamentaria popular. El presidente de la Xunta y candidato del PP, Alfonso Rueda, cargaba contra la oposición gallega, en especial contra su mayor rival en las encuestas, el Bloque Nacionalista Galego. Lo acusaba de sembrar “mentiras y bulos” que causan “daño” al sector pesquero y luego, en la misma tónica que en los días anteriores, Rueda invitaba a “comer el mejor pescado del mundo”. El Gobierno de la Xunta anunció a la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores cuatro días antes de la manifestación (que ya se esperaba multitudinaria) y a un mes de los comicios autonómicos, el reparto de 15 millones de euros en ayudas para el sector por la caída de la producción a causa de las “lluvias torrenciales” de este otoño-invierno. Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Rueda ha lanzado una campaña de propaganda en los medios de comunicación bajo el lema “A-Mar Galicia”: “Aliméntate de pescados y mariscos gallegos, no de bulos”.
Pero en la calle, los manifestantes negaban este domingo que su acto fuese “partidista” y coreaban consignas contra Alfonso Rueda, la Xunta y sus conselleiros. “Rueda, atiende, el mar no se vende”, “Xunta, escucha, el mar está en lucha”, “queremos trabajar y no emigrar” y, sobre todo, “in-com-pe-ten-cia”, sonaron de principio a fin. “Este Prestige de guante blanco cuyos efectos nocivos perdurarán décadas en el medio, muestra el fracaso de todo lo que se aprendió hace 20 años, el fracaso de los sistemas operativos de seguridad marítima, tanto del Salvamento Marítimo dependiente del Estado como del Servicio de Guardacostas dependiente de la Xunta”, siguió otra oradora desgranando el manifiesto desde el escenario ya pasadas las dos y media de la tarde.
“¿Dónde están los buques con drones de vigilancia para controlar el medio marino? ¿Dónde están los medios de oceanografía operacional para determinar el movimiento de los sacos en el mar?”, se preguntaba la lectora del manifiesto sobre los medios no desplegados para combatir el vertido que sigue escupiendo desde el fondo del Atlántico el contenedor caído del buque Toconao el pasado 8 de diciembre, con 26 toneladas de bolitas plásticas. “¿Cómo se puede explicar que la Xunta tarde un mes en activar el plan de contingencias y accidentes marítimos [Camgal] y que, ante la presión de la ciudadanía, emita un informe diciendo que es material inerte y de uso alimentario?”, continuaba.
“35 buques de mercancía tóxica” al día
“No podemos permitir estos despropósitos. Contando solo los de mercancías tóxicas, 35 buques pasan al día por delante de nuestras costas, este litoral que tiene una de las mayores riquezas en biodiversidad y recursos marinos en el planeta. Que nos da de comer y que nos identifica como país”, prosiguió la oradora después de darle el relevo a la primera en mitad del texto. “Nuestro mar necesita una gestión profesional, coordinada y transparente. Una mayor fiscalización y control de los buques que pasan por el Dispositivo de Separación del Tráfico de Fisterra”.
“Reclamamos a la Xunta y al Estado coordinación para actuar, transparencia en la información, la retirada de los sacos en el mar y la aportación de medios para recogerlos en la costa. Reclamamos medios de protección adecuados para el voluntariado y contenedores específicos en las playas”, reivindicaba a continuación entre aplausos, mientras muchos manifestantes levantaban los brazos con los coladores que se han convertido en símbolo de esta crisis, el arma improvisada por los voluntarios para cribar pacientemente la arena. “Exigimos transparencia sobre la toxicidad de los materiales y sus efectos sobre la salud y los ecosistemas marinos. No podemos permitir que los océanos se conviertan en un vertedero de plásticos”, zanjó poco antes de dar paso a un recital de música que puso el broche al acto. “Exigimos a las instituciones internacionales que declaren los pellets de plástico como mercancía peligrosa. En defensa de nuestro mar, mentiras e incompetencia Nunca Máis”.
Marisqueo “en riesgo de desaparición”
El presidente de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), Xocas Rubido, reprochó antes de comenzar la marcha que la Xunta no haya hecho “sus deberes” y que no haya “cumplido con sus competencias”. “Abandona nuestro mar, y nuestro marisqueo está en riesgo de desaparición”, advirtió. Por su parte, el presidente de la Plataforma en Defensa de la Ría de Muros e Noia, Rogelio Santos Queiruga, terció en la polémica alimentada por el Gobierno gallego acerca de la politización de la protesta: “Asistir a una manifestación es política; no asistir, es política. Apoyar a esta gran multitud, es política. Lo llevamos haciendo muchos años y continuaremos haciéndolo, gobierne quien gobierne, porque lo llevamos en el alma, amamos el mar y amamos a nuestra profesión”, avisó. “Sea quien sea” el próximo mandatario o mandataria de la Xunta, pidió Santos Queiruga, “debe cambiar el modelo pesquero” y “el modelo ecológico” para tener “unas rías productivas para la gente del mar y para toda la población”: “Que se saneen las rías, que no se deje a los marineros tirados cuando hay cese de actividad y que se regule el desembalse de las presas para que [el agua dulce] no mate el marisco”.
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