En cualquier otro momento, las cartas de presentación de la nueva presidenta del grupo Renew en el Parlamento Europeo, Valérie Hayer, como la líder más joven de la formación centrista y la segunda mujer en dirigir a la familia liberal europea tras la icónica Simone Veil habrían bastado para impulsar su imagen, pese a ser una figura bastante desconocida incluso en su Francia natal. En las circunstancias actuales, con una Bruselas amenazada por agricultores en cólera por unas condiciones de vida precarias que achacan en buena parte a la Unión Europea, quizás la mejor baza de la eurodiputada francesa sea su pedigrí familiar como “hija, cuñada, hermana y nieta de agricultores”, como ella misma se presenta.
“Estamos muy atentos a la situación de los agricultores en toda Europa”, aseguró nada más ser elegida por aclamación, el 25 de enero. “Hemos luchado por ellos y seguiremos haciéndolo, siendo yo misma hija de agricultores, es una preocupación que conozco”, aseveró esta licenciada en Derecho Público —pese a que de niña quería ser veterinaria— de 37 años que creció en la granja familiar en el departamento francés de Mayenne como “la chica de al lado a la que nada predestinaba ocupar una función tan alta”, según la describió el diario La Croix.
Como hija de agricultores, “aporta la sensibilidad” necesaria en estos momentos, asegura el eurodiputado Adrián Vázquez, cuya formación, Ciudadanos, forma parte de Renew. “Que ella esté ahí va a ayudar en la crisis que se viene, que está ya marcando la agenda” electoral, vaticina.
Su posición no es, sin embargo, fácil, al frente de un grupo heterogéneo que ha impulsado las políticas de transición ecológica (aunque con divisiones internas) contra las que ahora se revuelve parte del campo y que intentan capitalizar tanto los ultras como la derecha tradicional. Pero esta “extrema centrista”, curtida en la política desde la base —fue concejal desde 2008 hasta su llegada a Bruselas en 2019, así como asesora parlamentaria en Francia— se ha declarado dispuesta a afrontar todos los “desafíos” que sabe se le acumularán en los próximos meses de intensa campaña electoral, en la que su formación es la más amenazada por el pronosticado avance de la extrema derecha.
“Uno de mis desafíos será la protección de los valores fundamentales por parte de Renew amenazados por la extrema derecha y por los que juegan con nuestros principios europeos”, promete Hayer, que aunque entró de forma muy ajustada en la Eurocámara —como número 19 de una lista macronista en la que solo llegaron a Bruselas los primeros 23 candidatos— rápidamente escaló puestos hasta liderar ahora la familia centrista europea.
Difícil tarea
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No será una tarea fácil. Toma el testigo de otro francés muy ligado al macronismo, Stéphane Sejourné, que abandonó Bruselas por París para asumir la cartera de Exteriores de un nuevo Gobierno que busca frenar el impulso de la ultraderecha comandada por Marine Le Pen, a menos de seis meses de las elecciones europeas. Es una cita que se plantea complicada para Renew: los pronósticos auguran un fuerte aumento de los ultras que podría desplazar al cuarto lugar a la formación centrista, que en este mandato que ahora acaba fue clave para reforzar la alianza entre las tradicionales fuerzas proeuropeas, especialmente los socialdemócratas de S&D y los conservadores del PPE. Los guiños de estos últimos a fuerzas más populistas el último año han creado no obstante inquietud en los otros partidos de la alianza, que reclaman al PPE y especialmente a su líder, Manfred Weber, a decir claramente en qué lado quiere jugar.
Para Hayer, que se dice confiada en que su formación dará una sorpresa en junio, como ya lo hizo hace cinco años, las líneas rojas están claras: “Somos la familia política más identificada en la lucha contra los extremos y los populismos”.
La eurodiputada socialista Eider Gardiazábal espera que Hayer mantenga esta promesa más allá de junio. “Algo bueno de los macronistas es que el cordón sanitario lo tienen muy claro y, en ese sentido, va a ser una aliada para mantener o retener al PPE en el grupo proeuropeo y que no miren tanto a la extrema derecha”, valora la socialista, que conoce bien a la política francesa por haberse “fajado” juntas en la nunca fácil Comisión de Presupuestos. De ella valora que es “supereuropeísta” y que “siempre ha sabido encontrar compromisos” en negociaciones difíciles.
“Es una eurodiputada muy joven que ha hecho un trabajo excelente en economía, tiene una proyección tremenda y mucha capacidad para integrar distintas sensibilidades”, corrobora Vázquez, para quien su nombramiento al frente de Renew es “una muy buena elección”.
Su primera prueba de fuego ya está aquí: justo una semana después de asumir la presidencia de Renew, afronta, como el resto de formaciones del Parlamento Europeo, una protesta agrícola que este jueves amenaza con bloquear una Bruselas donde se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, como colofón de unas manifestaciones que están intentando capitalizar las fuerzas más ultras, como el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen, la rival más peligrosa para el macronismo en Francia y, también, en esta Bruselas que Hayer ha hecho ahora su casa.
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